No hubo propuesta. Veníamos especulando con este proyecto en secreto hasta que señamos el salón y recién ahí lo contamos a nuestras familias y amigos. Esperamos bastante porque ambos queríamos fiesta.

La cosa va a empezar con una ceremonia civil o laica al aire libre, si el clima acompaña. Él no quiere entrar por el pasillo, va a estar esperando en el lugar. Todos nuestros invitados están invitados, valga la redundancia, tanto a la ceremonia como a la fiesta ya que todo va a suceder en el mismo lugar. ¿Llegaré en autobomba? no sé. Pero autobomba aunque sea estacionada va a haber. Le pregunté a mi mamá si quiere entrar con mi papá y conmigo o prefiere estar de espectadora, todavía lo está pensando. Soy la primera de sus hijos que se casa así que para mis viejos es todo un acontecimiento.

Pasada la ceremonia y al final del pasillo los compañeros del cuartel de Dani van a hacerle la guardia de honor. Es similar a la de Policía, pero ellos no tienen sables. Se ponen en la posición de firmes y hacen el Saludo Uno. Es una cosa chiquita pero muy vistosa, más que nada por los uniformes de gala y el toque de sirena.

Para la recepción -y la fiesta en general- si bien va a haber un cronograma, desde un principio tuvimos en claro (y así lo charlamos con la gente del salón) que no nos gusta que estén molestando a los invitados pidiéndoles a cada rato que aplaudan, que se paren, que se sienten. No queremos que los tengan como en un gallinero «se prendió la luz hay que comer; se apagó la luz hay que bailar». Entonces, un cronograma pero laxo. No vamos a hacer una entrada al salón. Ya nos vimos y ya nos saludamos, nos parece que no tiene sentido una segunda entrada. Somos perfil bajo además, con ser los que se casan tenemos la suficiente cuota de estrellato. Tampoco queremos que se presente el plato principal con música y pidiendo aplausos, que sirvan y ya. Bueno, creo haber explicado mi punto.

Además de comer como si no hubiera un mañana y bailar, vamos a hacer un juego de preguntas y respuestas sobre nosotros. Dani va a tirar la caja de whisky para los hombres. Yo consulté con mis amigas para saber si hacer lo de tirar el ramo o no, como varias me dijeron que sí, lo voy a hacer. La que agarre el ramo se lleva un Campari. Dani es fan de los ’80 así que vamos a invitar a las parejas a bailar un lento. Y hay un invitado que cumple años ese día así que en algún momento lo haremos pasar vergüenza. Ah, y el video con las reacciones de nuestros amigos y familiares a la noticia del casamiento.

Como regalo, solamente los que estén en condiciones de regalar, pedimos plata (convivimos y estamos pagando la fiesta nosotros). También aprovecho la ocasión para organizar una colecta de alimentos no perecederos para después llevar a algún comedor. Con esto la verdad que tengo un miedo… miedo de que entre el trajín de alistarse, preparar a los hijos y buscar cómo llegar al salón nadie se acuerde de llevar algo y no hay ningún lugar cerca para comprar de último minuto. Voy a hacer algunos posteos alusivos en redes sociales cerca de la fecha a modo propaganda subliminal, pero no sé si funcione.